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LA ERA DE ACUARIO...


Los cambios que traerá el signo de Acuario sobre nuestras vidas.
Decir que a mí, me está ocurriendo todo esto que se dice en la entrevista, ¿y a vosotros?
¿Qué es la era de Acuario que comienza ahora?
Para entender un poco de lo que se habla en estos días entrevistamos a una experta que nos asegura que quedan atrás los tiempos racionales y llega la espiritualidad.
“La era de Acuario significa que nos toca dar un paso adelante en nuestra relación con nosotros mismos, reconocer el espíritu e incluir a la intuición en el día a día y en la toma de decisiones”, explica Carolina Jiménez, psicóloga y profesora de numerología tántrica.
Indica que cambia la forma de relacionarnos con nuestros semejantes, porque se habrían modificando los códigos, tanto para las relaciones de pareja como para entender el compañerismo y la confianza.
En este punto, agrega, se vuelven importantes los grupos, las redes y la entrega o dedicación a esas relaciones, pues aportarían bienestar en demasía y enriquecerían la vida de cada persona.
“Además, cambiará la relación que establecemos con nuestro entorno. Esto quiere decir que ya no nos sentiremos habitantes extraños de un planeta ‘ajeno’, sino que nos damos cuenta que vivimos, pertenecemos a esta tierra y que al afectar a nuestro entorno con nuestras costumbres y estilos de vida estamos colapsando al sistema”, describe.
Por lo tanto, habrá un toma de conciencia mundial sobre la importancia de la ecología y como afectamos al planeta al no cuidar el medioambiente. “Somos un ecosistema integrado”.
¿Porqué nueva era?
Se podría decir que las eras son como las estaciones del año, pero en vez de referirse a un ciclo de un año de duración, se refieren a un ciclo de más de 25.000 años de duración.
“Así como un año es el tiempo que la Tierra tarda en dar la vuelta al sol, 26.000 años es lo que tarda nuestro sistema solar completo en girar alrededor del sol central de la galaxia, alción”, detalla.
En ese sentido, las eras se diferencian unas de otras teniendo como referencia el zodíaco y sus signos. Cuenta que se distinguen 12 eras, de acuerdo a la posición relativa del sistema solar respecto de alción y cada una de ellas, tiene cualidades distintivas que se podrían clasificar básicamente de acuerdo a la posición relativa que tengan de sol, como de invierno, primavera, verano, otoño, según enseña la astrología.
Estas cualidades, observa la psicóloga estudiosa de estos cambios, repercuten en todos los aspectos de nuestra vida.

Pero, advierte, que no es que vayamos a transformarnos en personas diferentes, pero puntualiza que nadie hace lo mismo en invierno que en verano.
“El cambio ‘ambiental’ de pasar de invierno a primavera despierta en nosotros otras respuestas, motivaciones e inquietudes. Con las eras es algo parecido. Sólo que no es un tema meramente de clima, sino básicamente de energía y de conciencia”, explica.
¿Qué había antes?
Carolina Jiménez explica que llevamos 2.000 años aproximadamente en la misma era, la llamada Era de Piscis y que los últimos 21, hemos estado en transición a la nueva era. Sin embargo, en diversos artículos sobre la materia, se cita la fecha del 4 de febrero de 1962, como el inicio de esta nueva era, ya que ese día los planetas del sistema solar se alinearon en la constelación de Acuario.
“El concepto de nueva era se refiere a estas nuevas reglas del juego, en que debemos desenvolvernos en esta etapa de desarrollo evolutivo como seres de conciencia que somos y el cambio de Piscis a Acuario es pasar del invierno a la primavera”, puntualiza.
Esto porque la era de Piscis que dejamos atrás ha sido descrita como la más oscura, donde una persona valía solo por sus conocimientos, la mujer fue desarraigada y explotada al máximo por los hombres y la belleza solo estaba en lo físico. También se dice que al estar tan lejos del espíritu, desarrolló la capacidad racional, analítica, lógica, cognitiva.
“Es que su energía acentuaba la individualidad y las jerarquías, donde el poder lo tiene quién tiene la información, y por lo tanto, ésta se cuida como un tesoro y se oculta de los demás para mantenerlo y dominar a los demás”, señala la psicóloga.
En cambio, en la era de Acuario la energía se ordenaría en torno a las experiencias, el sentir, el respeto hacia las mujeres y el trabajo en grupos y comunidades. Y qué decir con la información, porque ya es pública, vivimos en un mundo globalizado y conectado. “Llegará el fin de las divisiones, los límites y las jerarquías”.
El día después.
Pero ahora, que ya pasamos el esperado “fin del mundo” del 21.12.12, las expectativas sobre este cambio de conciencia son altas. Aunque todo depende de cómo esté orientada la vida personal y si se ha tomado las decisiones o hechos los cambios necesarios para poder conectarse con esta nueva energía que es expansiva, amorosa y luminosa.
“Creo que la principal transformación se verá en que asumiremos nuestra parte divina, espiritual y este concepto implica el saber que venimos a la Tierra a tener una experiencia en el plano físico, donde el desafío siempre será integrar la dimensión infinita de su espíritu con su capacidad limitada de acción, restringida por la naturaleza y el tiempo”, expone la psicóloga.
¿Cómo tomarse esta nueva era?
Carolina Jiménez dice que la receta es contradictoria porque incluye mantenerse lo más sensible posible, abierto a las interacciones y a las comunicaciones, los intercambios y a la vez, desarrollar un centro propio, una identidad que permita resonar sensiblemente con lo que ocurre sin perder el centro, para confundirse respecto de quién eres.
“Ese es el mayor desafío de nuestros tiempos, que cada cuál debe averiguar quién es desde su propio interior. No es como antes, que habían dinastías de zapateros, abogados, doctores, comerciantes o por ser hijo de una familia tu vida estaba hecha, ahora tienes que descubrir tu quién eres”, ejemplifica.
De ahí que se insista, en que lo que nos toca vivir es una era de libertad y creatividad, pero que requiere ser vivida consciente de esta dimensión espiritual, que a su juicio, es la que alienta la compasión por uno mismo y los demás, y pone en práctica la tolerancia y respeto por los otros, “esto es lo que te permitirá lidiar mejor con todo el movimiento que trae esta liberación, como un dique que se abre y corre de nuevo el agua por su cauce”, dice.
Agrega que esta identidad que se construya o haya construido debe incluir además una auto imagen, una autoestima y habilidades sanas, flexibles y coherentes con la sensibilidad que se tiene o trabaja.
“Cuando no es así, es cuando surge el mal de estos tiempos, la depresión. La confusión, la falta de motivación y el sin sentido. Es como si no se armara el cuadro mayor del que somos parte y esto nos deja desgarradoramente a la deriva”, alerta.
Algunos consejos.
La especialista llama a estar atentos a sentir más que a pensar. A escuchar más que a decir, y sobre todo, a escucharse uno mismo lo que a uno en realidad le pasa para así poder sanarse, superarse, crecer.
“Hacer lo que uno tenga que hacer, pero hacerlo con respeto, con cuidado, como cuando uno participa de una fiesta y trae algo para compartir”, afirma.
Y sobre todo, tomarse la exageración mediática del cambio de era, o “el fin del mundo”, como una muestra de que gran parte de la población aceptó de alguna forma que “somos seres espirituales”, pero que aún falta que lo reconozcan en lo cotidiano y en su presente.
“El entorno está cambiando, la sensibilidad nuestra está cambiando, por eso es primordial identificar lo que te hace bien y estar dispuesto a cultivar lo que te hace bien y dejar lo que no te hace bien… usar la intuición y razón en conjunto, conectarte contigo mismo porque conocerte siempre será provechoso y ese, es el mejor camino espiritual que siempre ha existido”.

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